Viajar donde nadie ha estado: así es el turismo a las fosas oceánicas

Es posible descender a casi de 11 kilómetros de la superficie en la Fosa de las Marianas, para descubrir un mundo abisal que casi nadie ha visto antes

“Hubo más gente que pisó la Luna que la que descendió a las profundidades de los océanos”. La comparación del fundador de la compañía Eyos Expeditions es acertada: 18 astronautas llegaron al satélite, pero solo hubo tres misiones que descendieron los 10.928 metros del abismo Challenger, en la Fosa de las Marianas, el punto más profundo del planeta.

Y ahora es posible que cualquier amante de los viajes extremos pueda formar parte de una misión científica a un mundo de oscuridad totalmente desconocido.

El punto más profundo del planeta

La Fosa de las Marianas se encuentra en el oeste del Océano Pacífico, a poco más de 300 kilómetros de la isla de Guam.

Desde allí partirá el barco DSSV Pressure Drop, que tras un día de viaje llega a este punto donde no hay más que agua y más agua en cientos de kilómetros a la redonda.

Fondo del mar Foto Eyos Expedition

El submarino Limiting Factor a punto de tocar el fondo del mar. Foto Eyos Expedition

La nave es operada por la compañía de investigaciones submarinas Caladan Oceanic, que se asoció con Eyos Expeditions para ofrecer una experiencia única a dos intrépidos que se animen a descender al mundo abisal.

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Hasta ahora solo siete personas en la historia han descendido hasta el lecho oceánico en el abismo de Challenger. Uno de ellos fue el director de cine James Cameron, en 2012, como único tripulante del submarino Deepsea Challenger, que fue construido especialmente para esta hazaña.

Ser turista y científico

En este caso, los tres viajeros que se animen a explorar las profundidades formarán parte una expedición científica.

Cada inmersión llevará un total de 14 horas: al menos cuatro se usarán para descender lentamente los casi 11 kilómetros de la fosa, y otras cuatro servirán para explorar el mundo abisal.

Los descensos hasta los casi 11.000 metros de profundidad y la exploración llevan un total de 14 horas

El submarino Limiting Factor cuenta con una esfera de titanio de 90 milímetros y su blindaje fue probado en cámaras con una presión superior a la que se tiene en los 14.000 metros de profundidad, distancia que no existe en la Tierra.

Barco de expedicion Foto Eyos Expedition

El barco de expedición DSSV Pressure Drop. Foto: Eyos Expedition

No hace falta entrenamiento

Gracias a estas características los pasajeros no experimentan cambios en su fisiología ni estrés psicológico. Por ello no es necesario un entrenamiento previo antes del descenso, aunque sí hay charlas que explican detalles de orientación y abordaje.

Los turistas de las profundidades irán cómodamente sentados y podrán ver qué hay a su alrededor desde la esfera o a través de los monitores que filman lo que registran las cámaras del submarino.

Explicacion cientifica Foto Eyos Expedition

Los viajeros asisten a las explicaciones científicas a bordo. Foto Eyos Expedition

Casi como un crucero de expedición

En total el viaje hasta la fosa y el regreso forma parte de un viaje de ocho días llamado Expedición al Anillo de Fuego, nombre de fantasía épica que explora los ecosistemas oceánicos surgidos de islas volcánicas. No trascendió el precio del viaje, que está programado para junio de 2020, pero como parámetro, cabe recordar que las imersiones a los restos del Titanic tienen un coste de 100.000 a 200.000 dólares por persona.

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En el resto del viaje, los pasajeros pueden hacer poco más que descansar, leer, tomar una copa en el bar o conversar con los científicos a bordo. Casi casi, como en cualquier crucero de expedición.

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